UN POLICIA FEDERAL ASESINADO EN CONFUZO EPISODIO

Guillermo M. AguileraEl agente Aguilera había nacido el 9 de enero de 1978 en Capital Federal. Vivió casi toda su vida en Rafael Castillo. Tuvo tres hijos con su primer mujer de la que se separó hace seis años. Y con otra pareja vivió dos años. Su hobby era jugar al fútbol, seguir a Boca cada vez que podía y salir con sus amigos del barrio.Edad: 31 AÑOSCARGO: POLICIA FEDERAL HIJOS. TRES

La primera información que circuló fue que un policía de la Bonaerense había matado a un ladrón durante un robo a un centro médico de Isidro Casanova. Pocas horas después se comprobó que el muerto era el agente de la Federal Guillermo Martín Aguilera, quien había ido a atenderse por un dolor de muelas. A más de un mes del hecho, los investigadores judiciales consideran que están frente a un curioso caso de "gatillo fácil": el teniente de la Bonaerense confundió a Aguilera con un ladrón y lo mató de un disparo en la nuca.Aguilera tenía 31 años y era agente de la comisaría 43a. Tenía tres hijos y desde que se separó de su segunda pareja, en agosto, vivía un poco con su hermana en Rafael Castillo y el resto del tiempo dormía en la seccional.Por el caso, Roxana Castelli, fiscal de La Matanza, imputó al teniente Luis Alberto Benítez y solicitó su indagatoria y detención. Pero el juez de Garantías Raúl Alí no hizo lugar al pedido y pidió que la fiscalía produzca más pruebas. Por lo pronto, Benítez está con un sumario abierto en Asuntos Internos pero no fue pasado a disponibilidad preventiva por parte del Ministerio de Seguridad provincial y sigue trabajando en la comisaría de San Carlos, confirmaron a Clarín fuentes de esa cartera.El 31 de octubre Aguilera trabajó hasta las 14 en la comisaría y llegó a la casa de su hermana, Luciana, cerca de las 15.30. Almorzaron y él le contó de su dolor de muelas. Entonces, Luciana le recomendó que fuera a atenderse al Centro Médico Carlos Casares donde ella solía ir. "Yo misma llamé a las 16.15 y le reservé un turno", contó la mujer a Clarín.Como ese día llovía, Luciana y su marido se ofrecieron a llevarlo. Los tres, junto a los hijos del matrimonio, se subieron al auto y recorrieron las 15 cuadras que separan su casa del centro médico, que está en Casares y Norquins."El se bajó a las 17.10 y nosotros nos fuimos. Fue la última vez que vi a mi hermano", dijo Luciana Aguilera.Según pudieron reconstruir los investigadores, a los diez minutos de haber llegado y mientras aguardaba su turno, un ladrón entró a la sala de espera en la que había al menos unas 20 personas y fue hacia la administración. "Mi hermano estaba vestido de civil y llevaba su pistola 9 milímetros reglamentaria y yo creo que decidió no intervenir adentro para no poner en riesgo la vida de la gente que estaba allí. Entonces se paró junto a la puerta como para salir y esperarlo afuera", contó Luciana.Pero antes de hacerlo, Aguilera dialogó brevemente con una mujer. Le dijo que era policía y dejó salir a la mujer a la calle. Afuera, esa mujer se cruzó con el teniente Benítez y le avisó del robo que se estaba produciendo. Segundos después, Aguilera pisó la calle para esperar al ladrón y fue baleado por Benítez.La versión de Benítez es que cuando llegó a la puerta del centro asistencial se encontró cara a cara con dos ladrones, que uno de ellos le apuntó y que él disparó hiriéndolo en la cabeza. Si bien todavía faltan algunas pericias, que están a cargo de Gendarmería, todo indica que Benítez disparó tres veces contra Aguilera, desde una distancia menor a cinco metros y por la espalda.El agente de la Federal recibió un tiro mortal en la nuca. Es decir, nunca pudo haber apuntado a Benítez. Mientras eso sucedía en la calle, el ladrón que había entrado a robar escuchó los disparos, atravesó un patio trasero del centro médico y saltó un paredón. Al hacerlo se le cayó el arma, que después se comprobó que era una réplica. Esto también contradice la versión de Benítez. El verdadero ladrón no salió por el frente del centro médico."Yo reservé el turno, yo lo llevé al centro médico. Está el registro telefónico de esa llamada. ¿Quién va a ir a robar un lugar en el que sacó turno para atenderse?", se preguntó Luciana. "Además si él hubiera estado robando no habría dejado salir a esa mujer a la calle. Creo que estamos ante un claro caso de gatillo fácil. Lo mató por la espalda sin dar la voz de alto", agregó la mujer."Yo creo que acá hubo muchas cosas raras. Más allá de que Benítez mató a mi hermano creo que hubo encubrimiento por parte de los policías que trabajan con él", concluyó Luciana.

Extraído de Clarin.com